sábado, 1 de junio de 2013

Aire.

Y si me acuesto en la cima de la montaña rusa
que queda en lo más profundo de tu corazón viajero



si me caigo del Aconcagua cada vez que te veo
me deslizo por los Andes con cada palabra que sale de tu boca
me acuesto finalmente en un pasto infinito,
es tan suave como el viento.