Los ñandúes ya no estan con nosotros.

A veces, y solo a veces, cuando nos confundimos nuestras miradas con la gente confundimos al resto de las personas
Se bloquean y no saben que hacer
No dejan de golpearse con la pared
Compulsivamente; sangran eternamente
Como la botella helada que tenes en tu corazon
Como el te-helado de cada mañana
Al fin, te observo fijamente, descuidadamente y todo lo que termine en mente.
Es verano y todo se quema, vos, mis libros, mi amor por ti, mon coeur.
Si fuera otoño te esperaria en ese bar; te esperaria como si fueras invierno, te espero con un cafe, te espero en cualquier lado.
Si la gente te viera tal vez se me reirian a carcagadas en la cara, esas risas exageradas que sueltan pedazos enormes de baba. Y ya no se que hacer cuando tu cuerpo y piel se vuelven humo, desapareces. Todas las noches, mañanas y otoños desapareces de mi, de mi ser. Si vos fueras un algodon de azucar, cada vez que voy en bicicleta a tirarme por el tobogan te comeria de un bocado, mientras largo bocanadas de humo de tu ser insasiable-insatisfecho-hambriento de mi cuerpo-mi carne.
Todavia no puedo dormir; hace 665 dias que no pego un ojo, no distingo la realidad de lo irreal causada por mi enfermedad. Abrazame, mucho, abrazame mucho mon coeur, la noche esta cada vez mas fria; no seas humo otra vez.